La humanidad atraviesa una grave crisis ambiental. El modelo de producción y consumo predominante, basado en la extracción y el desperdicio, ha llevado al agotamiento de los recursos naturales y a un aumento alarmante de la contaminación.

Según el último informe de Circle Economy, el planeta solo reutiliza el 7,2% de los recursos. El resto, un 92,8%, se convierte en residuos y contamina nuestro medio ambiente.

Otro reporte, realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, prevé que la generación de residuos sólidos urbanos en el mundo aumentará de las actuales 2.300 millones de toneladas a 3.800 millones de toneladas en 2050.

Como respuesta a esta problemática, surgió hace algunos años el concepto de economía circular, un enfoque innovador que busca rediseñar los procesos de producción y consumo, centrándose en el aprovechamiento máximo de los materiales y la reducción de los desechos.

La economía circular propone un cambio de paradigma en la forma en que producimos y consumimos, a través de un flujo constante, una dinámica circular, en la que los residuos puedan ser reutilizados como recursos para volver a ingresar al sistema económico.

Sostenibilidad y eficiencia

La economía circular ofrece múltiples beneficios. Al reducir la extracción de recursos naturales y la generación de residuos, disminuyen las emisiones de gas invernadero y la contaminación. Esto no solo ayuda a mitigar el cambio climático y el calentamiento global, sino que también mejora la calidad del agua, del aire y del suelo.

Al mismo tiempo, promueve la utilización eficiente y sostenible de los recursos naturales. Al mantener los materiales en uso durante el mayor tiempo posible a través de la reparación, el acondicionamiento y la reutilización, se disminuye la presión sobre los recursos no renovables.

También impulsa la creación de empleos, porque las tareas de reciclaje o reutilización de bienes requieren mano de obra; y estimula el crecimiento económico, al generar nuevas oportunidades de negocios.

Asimismo, las empresas que apuestan a la economía circular logran disminuir los costos asociados con la compra de materias primas y la gestión de residuos. Esto les permite reducir la dependencia de las importaciones, mejorar su eficiencia operativa y obtener mayores márgenes de rentabilidad.

Apuesta al futuro

En varias regiones del mundo se están aplicando estrategias ambiciosas de economía circular.

El gobierno de Estados Unidos impulsa desde 2020 el Pacto por los Plásticos, para reducir la contaminación provocada por los materiales con polímeros que van a parar a los océanos, perjudicando no solo al medio ambiente sino también a la seguridad alimentaria, el turismo y el transporte marítimo.

En Francia, con el objetivo de reducir las 700.000 toneladas de ropa que se desperdician cada año, el Gobierno pagará un bono a los ciudadanos para motivarlos a reparar su ropa y su calzado en lugar de tirarlos a la basura.

Osaki, una ciudad de Japón, implementó un sistema de recuperación que ha permitido reciclar hasta el 80% de la basura, a partir de innovadoras técnicas de separación y compostaje de residuos alimentarios.

En el continente americano, se creó en el año 2021 la Coalición de Economía Circular para América Latina y el Caribe, un espacio de encuentro en el que los gobiernos y las empresas intercambian sus experiencias y acuerdan estrategias en común a nivel regional.

Hay muchísimos ejemplos más. En mayor o menor medida, en todo el mundo se está tomando conciencia de que apostar por la economía circular no solo ayuda a cuidar el planeta, sino que también permite que las empresas sean más eficientes, rentables y competitivas.

Habilitador clave

La tecnología se erige como un arma fundamental en el camino de las empresas hacia una economía más circular, porque les brinda las herramientas que necesitan para rediseñar sus procesos y minimizar su impacto en el planeta.

Con inteligencia artificial, internet de las cosas, blockchain, analítica de datos o robótica, las compañías obtienen una gestión más eficiente de los recursos durante su ciclo de vida, y logran reducir notablemente los desperdicios en los procesos productivos.

De acuerdo a un estudio realizado por StarUs Insights, las organizaciones están acudiendo cada vez más a tecnologías como inteligencia artificial o internet de las cosas para promover sus negocios circulares.

En respuesta a esta creciente demanda de tecnología, el mercado ofrece a las empresas herramientas a medida para facilitar su transición.

Un ejemplo es SAP Responsible Design and Production, creada para el diseño sostenible de productos, que se integra con SAP S 4/HANA Cloud Public Edition para brindar una potente solución que permite gestionar la sostenibilidad y la economía circular de manera integral.

El camino es más circularidad

La economía circular no es solo una estrategia ambiental, sino una filosofía de vida y un modelo económico que promete un futuro sostenible. Al adoptar prácticas que maximizan el uso de nuestros recursos, minimizamos el impacto ambiental y fomentamos una cultura de reutilización y reciclaje.

Este enfoque no solo preserva el medio ambiente para las generaciones futuras, sino que también ofrece oportunidades económicas innovadoras. La economía circular es el camino hacia un desarrollo que respeta los límites de nuestro planeta y pone en juego responsabilidad compartida.

Para alcanzar una transición exitosa hacia la economía circular a gran escala, es fundamental la colaboración y el compromiso de todos los actores involucrados: gobiernos, empresas, consumidores y organizaciones de la sociedad civil.

Sólo a través de esfuerzos conjuntos y alianzas estratégicas se podrán superar los desafíos, aprovechando el potencial de este esperanzador modelo regenerativo.

atrás

separator to footer

stronger than one