El metaverso está emergiendo como una realidad transformadora en el mundo empresarial. Este entorno virtual, que combina elementos de la realidad aumentada, la realidad virtual, inteligencia artificial y blockchain, permite a los usuarios interactuar en espacios digitales tridimensionales y ofrece un potencial inmenso para diversas aplicaciones en la industria y el comercio.
El origen del término se remonta a 1992, cuando el escritor Neal Stephenson lo acuñó en su novela de ciencia ficción "Snow Crash". En la obra, Stephenson describía un mundo virtual donde los humanos interactuaban como avatares en un espacio tridimensional que funcionaba como una metáfora del mundo real.
Sin embargo, el desarrollo del metaverso como lo conocemos hoy comenzó a tomar forma en la década de 2000, con la aparición de mundos virtuales como Second Life. Estos primeros intentos sentaron las bases para lo que vendría después.
El impulso definitivo hacia el metaverso actual se dio en la década de 2010, con el resurgimiento de la realidad virtual gracias a dispositivos como Oculus Rift. Paralelamente, el avance en tecnologías como la realidad aumentada, la computación en la nube, blockchain y la inteligencia artificial han contribuido a hacer posible la visión del metaverso.
En 2021, el concepto ganó prominencia cuando Mark Zuckerberg anunció el cambio de nombre de Facebook a Meta, señalando su enfoque en el desarrollo del metaverso. Desde entonces, numerosas empresas tecnológicas y de otros sectores han invertido en el desarrollo de plataformas y tecnologías relacionadas con el metaverso.
En la actualidad, si bien aún está en proceso de desarrollo, su utilización ya ha comenzado a impactar de manera positiva en áreas como el entretenimiento, la educación, el trabajo remoto, el comercio electrónico y la formación profesional.
Y también ya se está aplicando en diferentes sectores de la industria, mejorando su eficiencia, reduciendo costos y abriendo nuevas posibilidades de innovación.
Hay, además, una fuerte confianza en su potencial por parte de los directivos de las organizaciones. De acuerdo a un reciente estudio elaborado por la consutora EY junto con Nokia, el 98 % de los líderes empresariales creen que el metaverso tiene el potencial para transformar sus negocios, mientras que el 58% de esas mismas empresas ya lo están experimentando o implementando casos de uso.
Experiencias inmersivas que ya son una realidad
Los usos y aplicaciones del metaverso son variados y diversos, y prometen un nuevo paradigma de interacción y desarrollo económico.
En el comercio, se lo utiliza para que los clientes puedan explorar productos en entornos inmersivos, los prueben mediante avatares y realicen compras sin salir de casa. Esta experiencia elimina las limitaciones físicas y crea un espacio donde los consumidores pueden interactuar directamente con los productos de forma más dinámica.
En el ámbito educativo, el metaverso permite que las aulas virtuales ofrezcan la posibilidad de asistir a clases interactivas, de participar en simulaciones y de realizar recorridos históricos, todo sin las restricciones del espacio físico. Esto democratiza el acceso a la educación y hace que el aprendizaje sea más accesible y atractivo, especialmente para estudiantes que se benefician de un enfoque visual y práctico.
En el terreno del teletrabajo, el Metaverso promete superar las limitaciones de las videoconferencias tradicionales, permitiendo reuniones en espacios virtuales que replican la sensación de estar presente físicamente.
El entretenimiento ha encontrado en el Metaverso una nueva forma de conectar con el público. Conciertos, eventos deportivos y exposiciones artísticas se están llevando a cabo en mundos virtuales, donde los asistentes pueden participar de manera activa y socializar con otros usuarios desde cualquier parte del mundo.
En la industria, el Metaverso está revolucionando sectores como la manufactura, la construcción, la automoción y la ingeniería, proporcionando herramientas innovadoras para mejorar la eficiencia y la seguridad.
Una de sus principales aplicaciones es la creación de réplicas digitales, conocidas como gemelos digitales, que permiten a las empresas simular y optimizar sus operaciones antes de llevarlas a cabo en el mundo real.
Estos modelos virtuales reproducen fábricas, plantas de energía y cadenas de suministro, facilitando el análisis de datos en tiempo real y la predicción de fallos o cuellos de botella. Esto no solo reduce costos y tiempos de desarrollo, sino que también minimiza riesgos y aumenta la flexibilidad para implementar cambios.
En el sector automotriz, por ejemplo, se utilizan entornos virtuales para diseñar y probar prototipos de vehículos, mejorando la precisión del diseño y la seguridad antes de la producción.
En la construcción, el Metaverso permite planificar proyectos complejos y colaborar en tiempo real con equipos multidisciplinarios distribuidos globalmente. Además, las simulaciones de entornos de trabajo peligrosos permiten formar a los trabajadores en seguridad sin exponerlos a riesgos reales.
Otro beneficio importante es la posibilidad de realizar mantenimiento predictivo en equipos industriales, utilizando datos generados en tiempo real para prever cuándo es necesario realizar intervenciones, evitando paradas inesperadas y optimizando la vida útil de los activos.
En conjunto, estas aplicaciones no solo mejoran la eficiencia operativa, sino que también promueven un entorno de trabajo más seguro y colaborativo, facilitando la innovación y la adaptación en industrias que tradicionalmente se enfrentan a desafíos de gran complejidad logística y técnica.
Un potencial ilimitado
El Metaverso está dejando de ser una idea futurista para convertirse en una realidad concreta. Grandes empresas tecnológicas como Microsoft, Epic Games, NVIDIA, Meta, Google, Apple, Siemens, y Samsung, bancos como JP Morgan y HSBC, o automotrices como BMW o Mercedes Benz, están apostando fuertemente por esta tecnología, impulsando su desarrollo y aplicación a nivel global.
De acuerdo a un reciente estudio de la consultora Bain & Company, el mercado del Metaverso alcanzará un valor de 700.000 millones de dólares para 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 30%.
Este impresionante crecimiento se debe, en gran parte, a la demanda de experiencias digitales más inmersivas y a la capacidad del Metaverso para ofrecer nuevas oportunidades de negocio.
Para los próximos cinco o diez años, se espera que esta tecnología experimente una evolución significativa marcada por diversas tendencias clave.
Una de ellas será la interoperabilidad y los estándares comunes, que permitirán a los usuarios moverse de un entorno virtual a otro de manera fluida, favoreciendo experiencias más integradas.
Al mismo tiempo, la economía virtual y los NFTs seguirán ganando terreno, facilitando el comercio de bienes digitales y fortaleciendo las economías dentro de estas plataformas. La adopción de tecnologías de Realidad Extendida (XR), que combina realidad aumentada y realidad virtual, promete hacer más accesibles y realistas las experiencias inmersivas.
El ámbito laboral también verá transformaciones con la proliferación de espacios de trabajo virtuales, donde oficinas y reuniones se desarrollarán en entornos digitales que simulan la interacción física.
La inteligencia artificial jugará un papel crucial en la creación de entornos y personajes más interactivos y personalizados, mientras que las empresas comenzarán a desarrollar sus propios Metaversos corporativos para fortalecer la relación con clientes y empleados.
Su potencial es enorme y sus aplicaciones prácticamente ilimitadas.
A medida que las tecnologías de realidad virtual y aumentada continúan evolucionando, el Metaverso se perfila como una herramienta clave para el futuro, capaz de transformar no solo la forma en que vivimos, sino también la manera en que las empresas operan y se conectan con sus clientes.
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