La reducción de la brecha de género en el mercado laboral es uno de los grandes desafíos que tiene la humanidad por delante.
Conseguir que las mujeres tengan las mismas oportunidades que el hombre en el acceso, desarrollo y progreso en el trabajo, sería muy beneficioso para el mundo, tanto a nivel social como económico.
Sin embargo, la disparidad de género en la participación económica y de oportunidades sigue siendo muy alta, con implicancias que son muy profundas, porque limitan el desarrollo y el aprovechamiento del talento de la mitad de la población mundial.
De acuerdo con un estudio difundido por el Foro Económico Mundial, el proceso de reducción de la brecha de género en los países es muy lento y, si continúa a ese ritmo, se necesitarán 134 años para alcanzar la paridad entre las mujeres y los hombres.
Se trata de una problemática global, que impacta en todas las industrias. En ese escenario, uno de los sectores más afectados por la brecha de género es el de la tecnología, un ámbito en el que históricamente ha habido un predominio de los hombres por sobre las mujeres.
Una investigación de ONU Mujeres señala que las mujeres representan “menos de una cuarta parte de los empleados en trabajos de ciencia, ingeniería y TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), lo que limita sus roles en la toma de decisiones y su influencia en el proceso de diseño e implementación tecnológica".
El mencionado informe del Foro Económico Mundial señala, por su parte, que solo el 28% de los roles tecnológicos a nivel global están ocupados por mujeres.
Esta marcada subrepresentación se debe en gran medida a sesgos de género, discriminación y barreras culturales que dificultan el acceso y la permanencia de las mujeres en el ámbito de la tecnología.
Rompiendo barreras
La desigualdad de género en el sector tecnológico tiene sus raíces mucho antes de la vida profesional. Desde la escuela primaria hasta la educación superior, los sesgos culturales y estereotipos alejan a las niñas de las materias STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Las más recientes estadísticas señalan que solo el 30% de los estudiantes de carreras STEM son mujeres. Este fenómeno se debe a la persistente percepción de que las ciencias y tecnologías son campos masculinos, lo que afecta la confianza y el interés de las niñas en estas áreas.
Sumado a ello, la falta de referentes femeninos en el mundo STEM durante la formación académica, limita las aspiraciones y la motivación de las estudiantes.
Afortunadamente, existen muchas iniciativas, tanto públicas como privadas, que tienen como objetivo intentar revertir esta tendencia.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo especializado de las Naciones Unidas (ONU) ha establecido al 25 de abril como el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y Comunicación.
A través de esta iniciativa, la UIT busca fomentar la participación de niñas y mujeres en el campo de la tecnología, reducir la brecha digital de género y empoderar a las próximas generaciones de mujeres en un mundo cada vez más digital.
Otras organizaciones, como ONU Mujeres, UNESCO o Banco Mundial, tienen también proyectos y políticas que buscan motivar a las mujeres a seguir carreras tecnólogicas, abriendo así el camino hacia una mayor representación femenina en el sector. Lo mismo sucede en las instituciones académicas. Por ejemplo el Massachusets Institute of Technology (MIT), en Estados Unidos, que creó el MIT Women's Technology Program (WTP), para ofrecer una capacitación intensiva de verano para estudiantes mujeres de la secundaria, con el objetivo de exponerlas a la ingeniería y la ciencia del MIT.
O la Universidad de Santiago de Chile, que con apoyo de UNESCO está implementando un programa para capacitar a maestros de secundaria para promover la participación de las mujeres en las áreas STEM.
Afortunadamente este tipo de iniciativas se están multiplicando en todo el mundo, marcando el camino hacia un futuro más diverso e inclusivo.
Las empresas marcan el cambio
El ambiente laboral tech presenta sus propios desafíos. Las mujeres que ingresan al sector enfrentan una cultura organizacional frecuentemente dominada por perspectivas masculinas y sesgos inconscientes en procesos de contratación y promoción.
Un estudio de Acronis señala que el 71% de las mujeres del sector TI trabajan más horas para mejorar las posibilidades de ascender en su carrera, debido, en gran parte, a la discriminación de género y otros prejuicios que sufren. Y casi dos tercios de las mujeres encuestadas en el informe piensa que sus empresas no están haciendo lo suficiente para promover la igualdad.
Como consecuencia de este panorama suele producirse un fenómeno conocido como "pipeline leaky", donde muchas profesionales abandonan sus carreras tecnológicas en forma prematura.
Sin embargo, la evidencia demuestra que las empresas con equipos diversos son más innovadoras y rentables.
Compañías pioneras están implementando programas exitosos de inclusión, desde bootcamps para mujeres hasta políticas de mentoría y promoción equitativa. Estas iniciativas no solo están comenzando a cerrar la brecha, sino que están transformando la cultura corporativa.
La compañía SAP cuenta con programas e iniciativas que ayudan a las empleadas actuales y potenciales a crecer y prosperar en sus carreras, y a aumentar el número de mujeres y personas no binarias en la tecnología, por ejemplo la Red de Mujeres de Negocios o el Programa de Reincorporación de SAP en América del Norte, entre muchos otros.
“Logramos nuestra meta del 35% de mujeres en nuestra fuerza laboral y aumentamos el número de mujeres en cargos gerenciales del 25.5% en 2017 al 29.4% al cierre de 2022. Además, en 2023, SAP fue reincorporada al Índice de Igualdad de Género de Bloomberg, que reconoce el compromiso de avanzar en la igualdad de la mujer en el lugar de trabajo”, destaca Supriya Jha, directora de diversidad e inclusión de la compañía fabricante de software empresarial más grande del mundo.
El futuro es inclusivo
La reducción de la brecha de género en el sector tecnológico no es solo una cuestión de equidad, sino una necesidad imperativa para el futuro de la industria. En un mundo cada vez más digitalizado, la tecnología moldea prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas, desde la forma en que trabajamos hasta cómo nos relacionamos. Por eso, es fundamental que los equipos que desarrollan estas soluciones sean tan diversos como las personas que las utilizan.
La participación de las mujeres en el sector IT aporta perspectivas únicas, fomenta la innovación y mejora la calidad de los productos y servicios tecnológicos. Los equipos diversos no solo son más creativos y eficientes, sino que además están mejor preparados para entender y resolver las necesidades de una sociedad heterogénea. Además, en un contexto de creciente demanda de profesionales tecnológicos, incorporar más mujeres al sector es clave para cubrir la escasez de talento que enfrenta la industria.
Para lograr este objetivo, es necesario un esfuerzo coordinado y sostenido. El sector educativo debe continuar implementando programas que despierten el interés de las niñas por la tecnología desde edades tempranas y proporcionarles las herramientas necesarias para desarrollarse en estas áreas.
Las empresas, por su parte, deben profundizar sus políticas de diversidad e inclusión, creando ambientes laborales verdaderamente equitativos que no solo atraigan sino que también retengan el talento femenino. Y la sociedad en su conjunto debe seguir trabajando para desmantelar estereotipos y sesgos que limitan el desarrollo profesional de las mujeres en tecnología.
Cerrar la brecha de género en tecnología es una necesidad estratégica para impulsar la innovación y el crecimiento. La diversidad no es un objetivo: es el camino hacia la excelencia.
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