Sin embargo, el verdadero avance científico en este campo comenzó en 1855, cuando Louis Pasteur descubrió que la fermentación era causada por microorganismos, sentando las bases de la microbiología.

En 1919, el investigador húngaro Karl Ereky acuñó el término "biotecnología" para explicar cómo los avances tecnológicos podían aplicarse en la agricultura para mejorar la productividad.

El hallazgo de la estructura del ADN llevado a cabo por James Watson y Francis Crick en 1953 marcó otro hito, al permitir la comprensión y manipulación de la herencia genética.

En 1973, Stanley Cohen y Herbert Boyer realizaron la primera transferencia de genes, y en 1982, se produjo por primera vez insulina mediante bacterias y se comenzaron a manipular genéticamente los cultivos para resistir las plagas.

Con la finalización del Proyecto Genoma Humano en 2003 y la llegada de CRISPR en 2012, la biotecnología ha expandido sus aplicaciones.

Hoy, abarca desde la medicina personalizada y la agricultura, hasta la producción de biocombustibles y la biorremediación ambiental, entre otras áreas de aplicación.

Innovación y sostenibilidad

El impacto de la biotecnología se extiende a casi todos los aspectos de nuestra vida, ofreciendo soluciones innovadoras a algunos de los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo, como el cambio climático, la seguridad alimentaria y las enfermedades incurables.

En el ámbito de la salud, ha permitido avances extraordinarios en el desarrollo de medicamentos y terapias. La capacidad de manipular material genético impulsó la creación de tratamientos personalizados, como los biológicos y la terapia génica, que están diseñados para abordar enfermedades complejas como el cáncer y trastornos genéticos con una precisión sin precedentes.

Además, ha mejorado notablemente la producción de vacunas, haciéndola más eficiente y rápida, como lo vimos con el desarrollo acelerado de vacunas contra el Covid-19 utilizando tecnologías de ARN mensajero.
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Otro beneficio de la biotecnología en el sector de la salud es que, al optimizar los procesos productivos, ha permitido reducir el uso de recursos naturales y los residuos peligros, generando un impacto positivo en el medio ambiente.

En la industria alimentaria, la biotecnología ha mejorado significativamente tanto la producción como la calidad de los alimentos.

Los organismos genéticamente modificados (OGM) posibilita la creación de cultivos más resistentes a plagas, enfermedades y condiciones climáticas adversas, lo que contribuye a una producción más segura y estable.

Las técnicas de biotecnología permiten extender la vida útil de los productos sin necesidad de conservantes químicos, lo que reduce el desperdicio y genera prácticas más sostenibles.

Esta tecnología también ha hecho posible aumentar el contenido nutricional de ciertos alimentos, como el arroz dorado, que fue enriquecido con vitamina A para combatir la deficiencia de este nutriente en regiones con altos índices de malnutrición.

El agro es otro sector beneficiado por la biotecnología. Las semillas transgénicas resistentes a plagas y herbicidas permiten reducir el uso de pesticidas químicos, lo que disminuye el impacto ambiental y los costos para los agricultores. Esta tecnología no solo mejora los rendimientos, sino que también contribuye a una agricultura más sostenible y resiliente frente al cambio climático.

En el sector de los biocombustibles, la biotecnología abrió nuevas vías hacia fuentes de energía más limpias y renovables. A través de la modificación genética de microorganismos, se ha logrado producir biocombustibles como el etanol a partir de materiales orgánicos no alimentarios, como residuos agrícolas o algas.

Esto no solo representa una alternativa a los combustibles fósiles, sino que también reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la mitigación del cambio climático.

Empresas que dieron el salto digital

En un entorno actual cada vez más competitivo y cambiante, las empresas que desarrollan aplicaciones biotecnológicas se enfrentan al desafío de adaptarse para mantenerse a la vanguardia de la innovación.

En ese contexto, recurrir a las mejores soluciones tecnológicas que ofrece el mercado se ha vuelto un aspecto fundamental. Abundan los ejemplos de organizaciones que eligieron ese camino y hoy disfrutan de los beneficios de la modernización.

Repligen y Bioventus, dos compañías norteamericanas dedicadas a la producción de medicamentos biológicos, implementaron SAP ECC & S/4HANA para contar con un sistema completamente integrado, con flujos de procesos comerciales mejorados y una plataforma sobre la cual apoyarse para impulsar su crecimiento y desarrollo internacional.Desde la antigüedad, el ser humano ha manipulado organismos vivos, como en la fermentación de bebidas, la selección de cultivos o la cría selectiva de animales.

Ambos proyectos contaron el apoyo de Answerthink y CTAC, dos empresas tecnológicas miembros de United VARs, que aportaron su experiencia y sus equipos técnicos para lograr un resultado exitoso.

Otro caso de éxito es el de Sirtex, compañía de biotecnología global especializada en el tratamiento del cáncer, con sede central en Australia, que llevó adelante un proceso de transformación digital con la finalidad de integrar los sistemas de su operación en el exterior y gestionar sus procesos de negocios de manera eficiente.

La herramienta que eligió fue SAP Business All-in-One, una solución ERP diseñada para pequeñas y medianas empresas que le garantizaba una plataforma moderna y flexible, con las mejores prácticas del mercado.

El proyecto se llevó a cabo por fases, en tres países donde la compañía tiene presencia: Australia, Alemania y Estados Unidos.

Sirtex contó con la invalorable ayuda de Seidor y All for One, socias de negocios de SAP e integrantes de United VARs, que acompañaron la implementación desde el inicio hasta la puesta en producción.

Una nueva era de posibilidades

La biotecnología está atravesando una fase de expansión notable. Según un informe reciente de Value Market Research, el mercado alcanzó los 1.840 millones de dólares en 2023, y crecerá a 6.240 millones de dólares para 2032, lo que representa un incremento más significativo en menos de una década.

Este aumento responde no solo al avance de tecnologías disruptivas, sino también a la creciente demanda de soluciones innovadoras en sectores como la salud, la agricultura, y la industria.

Sin embargo, este rápido crecimiento no está exento de desafíos. La bioética sigue siendo un tema central, con debates en torno al impacto de los alimentos genéticamente modificados y las implicaciones del uso de herramientas avanzadas como CRISPR en la edición genética.

Estos avances tecnológicos, que tienen el potencial de revolucionar la medicina y la agricultura, también plantean dilemas éticos y sociales que las empresas deben afrontar con una gran responsabilidad.

La regulación adecuada y la transparencia en los procesos son fundamentales para garantizar que la biotecnología se desarrolle de manera segura y equitativa.

El futuro es alentador. La biotecnología no solo está produciendo cambios en sectores clave, sino que también puede ser una aliada fundamental en la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental.

Las soluciones biotecnológicas, como la creación de cultivos más resistentes o la producción de energías más limpias, son esenciales para enfrentar los desafíos globales que tenemos por delante.

El reto ahora es equilibrar el desarrollo acelerado con un enfoque responsable y ético, asegurando que los beneficios de la biotecnología se traduzcan en un futuro más sostenible y equitativo para todos.

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