La tecnología está irrumpiendo con fuerza en el sector agrícola, impulsada por dos motivaciones clave.
Por un lado, aumentar la productividad para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos. El reto no es menor: según la última proyección de las Naciones Unidas, la población mundial para el año 2050 alcanzaría los 9.700 millones de personas, pudiendo llegar a un pico de 10.400 millones para 2080.
Por otro lado, fomentar prácticas más sostenibles y respetuosas del medio ambiente, para ayudar a un planeta que sufre cada día más las consecuencias de la contaminación y de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Ese doble desafío ha convertido a la modernización del agro en una prioridad para las naciones del mundo. De acuerdo al informe Markets of Tomorrow, elaborado por el Foro Económico Mundial sobre la base de 12.000 encuestas a ejecutivos globales, la tecnología agrícola es considerada la tecnología de mayor importancia estratégica para los próximos años.
Agricultura 4.0
La agricultura de precisión es uno de los avances que trajo la innovación. A través de sistemas basados en inteligencia artificial, big data y machine learning, con uso de tecnología GPS y sensores, los agricultores pueden predecir los rendimientos de sus plantaciones, mejorar los procesos de siembra, riego y cosecha, y optimizar la utilización de agua, fertilizantes y pesticidas.
De esa manera, maximizan el rendimiento de los cultivos, achican los gastos y reducen la necesidad de uso excesivo de productos químicos.
La robotización ha alcanzado un alto grado de desarrollo en el agro. Los drones equipados con tecnología de imagen avanzada permiten controlar la salud de los cultivos, detectar plagas y evaluar el estado general de los campos. Luego, los algoritmos de inteligencia artificial analizan la información enviada por los drones y proporcionan a las empresas agrícolas y a los productores información de gran utilidad para la continuidad del proceso productivo.
Otro de los avances está relacionado con la optimización de las rutas: mediante la aplicación de algoritmos avanzados y big data, las organizaciones del agro pueden crear rutas de transporte más eficientes.
Pero la tecnología no solo está transformando las prácticas agrícolas, sino también la trazabilidad y la comercialización de los productos. Gracias a la implementación de sistemas de blockchain y etiquetas inteligentes, los consumidores pueden acceder a información detallada sobre el origen, el proceso de producción y la calidad de los alimentos que consumen, fomentando así la transparencia y la confianza en la cadena de suministro.
Impulsando la sostenibilidad
La integración de tecnologías avanzadas está ayudando a los agricultores a reducir su impacto ecológico y cuidar mejor el planeta, marcando el camino hacia un futuro más verde.
Con los dispositivos de internet de las cosas, por ejemplo, es posible recolectar datos sobre la humedad del suelo, temperatura, niveles de nutrientes, que luego son analizados por medio de big data. Con esta información, los agricultores pueden tomar decisiones informadas sobre riego, fertilización y cosecha, optimizando los rendimientos y conservando los recursos naturales.
La agricultura de precisión, antes mencionada, también impacta positivamente en la búsqueda de más sostenibilidad, porque permite aplicar agua, fertilizantes y pesticidas de manera precisa, solo cuando es necesario. Como resultado, se minimiza el desperdicio de recursos y se reduce la contaminación de suelos y cuerpos de agua.
El uso de energías renovables en la agricultura es otro avance significativo hacia la sostenibilidad. Paneles solares y aerogeneradores están siendo cada vez más comunes en las explotaciones agrícolas, proporcionando energía limpia y reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
La biotecnología está contribuyendo a la creación de cultivos más resistentes a plagas, enfermedades y condiciones climáticas adversas. Mediante técnicas de ingeniería genética y biología molecular, se están desarrollando variedades de plantas que requieren menos pesticidas y agua, y que pueden prosperar en suelos pobres o afectados por la salinidad. Esto no solo mejora la seguridad alimentaria, sino que también reduce la necesidad de insumos químicos y el consumo de agua.
La clave es innovar
¿Qué necesita una organización del sector agrícola para llevar adelante estos cambios? Lo primero y más importante, es tener la convicción de que modernización es el paso fundamental para llegar a convertirse en una empresa inteligente, eficiente y sostenible.
En segundo lugar, resulta clave la elección de una plataforma tecnológica adecuada, que acompañe la implementación con conocimiento del mercado y buenas prácticas.
Hoy existe una amplia gama de soluciones diseñadas para optimizar y digitalizar las operaciones agrícolas. Desde plataformas integrales de agricultura de precisión hasta aplicaciones especializadas, los productores tienen a su disposición diversas opciones para aprovechar los beneficios de la transformación digital.
Una de las propuestas de software para agronegocios más completa es la que ofrece la compañía SAP. Incluye SAP S/4HANA Cloud Public Edition, un ERP en la nube listo para operar que asegura una gestión exitosa en la producción de alimentos, con prácticas inteligentes que promueven resiliencia, eficiencia y sostenibilidad.
También ofrece soluciones como SAP Sustainability Control Power, que ayuda a las empresas a mejorar su desempeño en sostenibilidad, o SAP Intelligence Agriculture, que permite a las compañías agrícolas a optimizar sus operaciones.
El futuro es hoy
A medida que la población mundial sigue creciendo y los desafíos climáticos se intensifican, la adopción de estas tecnologías no es solo una opción las empresas agrícolas, sino una necesidad impostergable.
El futuro del agro está marcado por la colaboración entre la ciencia y la naturaleza, estableciendo un camino hacia un ecosistema más inteligente y sostenible. La transformación digital del agro no solo es una promesa de mayor productividad y eficiencia, sino también una esperanza tangible de un futuro en el que la agricultura y el medio ambiente coexistan en armonía, asegurando que las generaciones venideras hereden un planeta saludable y próspero.
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